Cómo explicar el Marketing Digital a tu abuela (¡Y que lo entienda!)

" Imagina a Marta, sentada en la mesa de la cocina de su abuela, quien, mientras se sirve un café, le pregunta con una sonrisa: "Hija, ¿en qué trabajas exactamente?". Marta sabe que la abuela Ones siempre ha sido curiosa, pero también que el marketing digital no es un tema fácil de explicar. Sin embargo, está decidida a hacerlo de una forma que su abuela lo entienda. Así que respira hondo, se pone creativa y empieza a traducir todo ese mundo complejo del marketing digital en términos sencillos, divertidos y, sobre todo, familiares para su querida abuela. "
El Sitio Web: La Tienda de Toda la Vida
Marta empieza por lo básico del marketing digital a tu abuela (en este caso a la suya) : el sitio web, ya que es la base de cualquier estrategia de marketing digital. Mira a su abuela Ones y le dice: «Abuela, imagina que una página web es como una tienda de barrio. Solo que en lugar de estar en la calle, está en internet. En esa tienda, puedes vender de todo: desde ropa hasta pasteles, igual que la panadería que siempre has visitado.»
Ones asiente. Eso es fácil de entender. «Vale, y ¿Cómo entra la gente a esa tienda si no pueden verla al pasar por la calle?», pregunta.
Aquí es cuando Marta introduce el SEO, sonriendo ante el reto de simplificarlo.
SEO: El Cartel Luminoso en la Calle Principal
Marta se ilumina. «Abuela, imagina que la tienda en internet está en una calle muy larga y con muchas tiendas, igual que las de toda la vida, pero esa calle es Google. Para que la gente entre en la tienda, primero tiene que encontrarla. Y el SEO (Optimización para Motores de Búsqueda) es como poner un cartel luminoso que hace que tu tienda sea más visible que las demás. Cuanto más bonito y llamativo sea el cartel, más fácil será para la gente verla y entrar.»
Ones se ríe. «Entonces, si no haces SEO, ¿nadie va a ver tu tienda?»
«Exactamente», responde Marta. «Si no haces SEO, es como si tu tienda estuviera en una calle oscura y nadie pasara por ahí. Con SEO, te aseguras de que la gente te vea cuando busca cosas que tú vendes.»
Publicidad Online: Volantes Digitales
«Vale, pero ¿y si quiero que la gente sepa de mi tienda aunque no me busquen? ¿Cómo lo hago?», pregunta Ones, cada vez más interesada.
«¡Aquí es donde entra la publicidad online!», dice Marta. «Abuela, ¿te acuerdas de esos volantes que repartían cuando había una oferta en la tienda de la esquina? Bueno, ahora esos volantes también se reparten en internet, pero en lugar de dárselos a cualquiera, solo se les dan a las personas que pueden estar interesadas.»
Ones se sorprende. «¿Y cómo saben quiénes están interesados?»
«Es magia de internet», dice Marta con una sonrisa, «pero en realidad, cuando hacemos PPC (Pago por Clic) o anuncios en Facebook, podemos elegir quién ve esos anuncios. Así que si a alguien le gusta comprar pasteles, les mostramos anuncios de una tienda de pasteles. Es como si los volantes solo los recibieran las personas que realmente quieren algo dulce.»
Redes Sociales: La Plaza del Pueblo
«Ahora hablemos de algo que sé que entiendes bien, abuela: las redes sociales. ¿Sabes cómo en la plaza del pueblo siempre se reúne la gente para charlar, contar chismes o compartir recetas? Bueno, las redes sociales son como una gran plaza virtual donde la gente se junta para hablar, compartir fotos, vídeos y todo tipo de cosas.»
Ones sonríe. «Ah, entonces es como cuando me junto con mis amigas en la plaza, pero en internet.»
«¡Exacto! Y en esta plaza digital, las marcas también pueden estar presentes. Imagínate que tienes una tienda de ropa y vas a la plaza para hablarle a la gente sobre tu nueva colección. Eso es lo que hacen las marcas en Facebook, Instagram o TikTok. Hablan con las personas, comparten lo que tienen, y las personas responden.»
Influencers: La Amiga Popular del Pueblo
«Abuela, ¿te acuerdas de la señora Julia, la que siempre tiene las mejores recomendaciones de recetas y a quien todo el mundo le pide consejos?»
Ones asiente, recordando a su querida amiga Julia. «Sí, claro. Todo el mundo la escucha.«
«Bueno, en internet, hay personas como Julia, pero se les llama influencers. Son personas que tienen muchos seguidores porque comparten cosas interesantes, y las marcas colaboran con ellos para que hablen de sus productos. Es como si la señora Julia te recomendara un pastel y, de inmediato, todas las vecinas fueran a comprarlo porque confían en su opinión.»
Email Marketing: Cartas Directas (Pero en el Móvil)
«¿Te acuerdas de las cartas que solías recibir cuando había ofertas en los supermercados?», le pregunta Marta. «Bueno, el email marketing es lo mismo, pero en lugar de recibir una carta en el buzón de tu casa, la recibes en tu correo electrónico. Las marcas te envían ofertas, información y novedades directamente a tu móvil u ordenador, para que siempre estés al tanto de lo que tienen.»
Ones asiente con una sonrisa. «Así que es como una carta, pero más rápida y sin papel.«
«¡Exactamente, abuela! Y si lo hacen bien, esas cartas pueden convencerte de visitar su tienda online y comprar algo.»
Google Analytics: El Espía Amigable
«Aquí va la parte divertida, abuela», dice Marta con una sonrisa traviesa. «Cuando tienes una tienda online, quieres saber cuántas personas la visitan, qué miran, qué compran… Y para eso está Google Analytics, que es como un espía amigable que te cuenta todo lo que la gente hace en tu tienda. Te dice cuántas personas entraron, de dónde vinieron y qué productos les gustaron más.»
Ones se ríe. «¿Así que puedes espiar a tus clientes?»
«Bueno, no exactamente. No sabemos quiénes son, pero sí sabemos qué les gusta y eso nos ayuda a mejorar la tienda para que más personas compren.»
El Gran Resumen de Marta
Marta toma un sorbo de su café y mira a su abuela. «Entonces, abuela, en resumen: el marketing digital a tu abuela, es como tener una tienda en internet. Para que la gente la encuentre, necesitas poner un cartel luminoso (SEO), dar volantes (publicidad online), estar en la plaza del pueblo (redes sociales), pedirle a la señora Julia que te recomiende (influencers) y enviar cartas (email marketing). Y mientras todo eso pasa, tienes un espía amigable (Google Analytics) que te dice cómo están yendo las cosas.»
Ones se ríe y asiente con la cabeza. «Ahora sí lo entiendo, hija. Así que en realidad eres como una dueña de tienda muy moderna.»
Marta sonríe, satisfecha. «Algo así, abuela. Solo que, en lugar de una tienda en el barrio, trabajo en una tienda que está en todo el mundo.»